No se puede parar la evolución. Es un error garrafal confundir
el todo con una de las partes. Es un error garrafal no comprender con
Darwin que los órganos sirven a la función y no al revés, y que por
ello cuando la función desaparece o cambia de orientación, el órgano que
la sirve debe adaptarse al cambio y servir a la nueva función, que es
la biofuerza de tracción, distinta para cada momento evolutivo o ese
órgano que, como la célula cancerosa se ha vuelto tóxico e insolidario
con el organismo que la sostiene, desaparecerá por sí mismo, ya que la
dinámica de la vida y su funcionamiento holográfico así lo tiene
diseñado, de lo contrario acabaría matando al organismo entero. Esto es
lo que está pasando en las izquierdas españolas y europeas. Y en el
bipartidismo. Y en el espectro político y social de Occidente y de
Oriente.
El mundo se transforma con los cambios de la conciencia humana y ésta
con los cambios del mundo, en simbiosis. No querer verlo ni aceptarlo es
un error letal para los componentes humanos de ese cambio, de ese
tsunami, que estamos viviendo y del que no es posible escapar sin
decantarse por la evolución de la vida o por la anquilosis y la
involución inmovilista que es precursora de la auto-extinción. El miedo
en este tipo de convulsiones sociales y políticas, es el peor de los
enemigos, porque suprime la lucidez, la visión de futuro, la autonomía y
la libertad de la conciencia y de su aplicación a las ideas que luego
se hacen sistema y organización. Pretender que la vieja organización
pueda abarcar cambios que la desbordan, es no comprender nada de lo que
está pasando.
Antes de ayer fui invitada a una reunión con un sindicato abierto,
luchador y esforzado: Intersindical. Y me encantó comprobar la viveza,
la sencillez transparente y la inteligencia de sus militantes. Su
flexibilidad y su capacidad de escucha. Habían invitado a miembros de
partidos políticos y movimientos sociales, para preguntarles cómo ven
sus actividades y sus propuestas. Allí coincidimos las fuerzas de la
base-izquierda y de centro. Y fue algo genial. Fraterno, crítico, pero
sobre todo, inteligente, respetuoso, valiente y práctico. Creo que es el
nuevo modelo para trabajar en la sociedad. Como ciudadanos que se saben
organizar y además, saben escuchar y confluir para crear nuevas fuerzas
motrices, cuando las viejas formas caen por su peso con el viejo mundo
que jadea agotado y ya sin posibilidad de recuperarse para "ser lo que
fue" en un mapa social e histórico que ya no se corresponde que el que
se está configurando bajo presión existencial en todos los aspectos.
Dice el adagio: Renovarse o morir. Y es verdad. Son dos términos que se excluyen mutuamente. O hay una renovación real de
espíritus de grupo y de equipos o habrá un derribo tipo psoe en toda la
izquierda, dejando que las tareas de gobierno sigan recayendo en los
derrumbadores de la civilización y de la democracia, como ya está
pasando en España y en Grecia, y no porque haya llegado Podemos o Syriza
a romper la baraja del enjuague acostumbrado, sino porque sólo
alcanzará quorum electoral el pp con sus fanáticos, acríticos y zafios
elementos, incapaces de no seguir la flauta de Hamelin del engaño que no
distinguen de la verdad, porque no relacionan sus desgracias con lo que
votan y les está gobernando y se creen cualquier milonga que venga "de
arriba". Identificar "organización" con exclusionismo, con cerrazón
mentaĺ con demonizar lo diferente y ver solamente rivalidad de siglas y
"poder", es un suicidio político-operativo en estos tiempos nuevos y
sorprendentes.
Unos tiempos en los que iremos descubriendo que el peor y más peligroso
enemigo vive en la mente y en las emociones primarias, en los instintos
ciegos y es la egolatría, la egocracia. El triunfo del ego sobre todas
las cosas, tanto en el plano personal como colectivo, que es el trasunto
del mismo.
Hay una analogía evangélica que lo explica muy bien: Si el grano de
trigo no muere, no habrá espiga que fructifique, ni por supuesto cosecha
ni pan para comer. Ese grano de trigo es nuestro ego, lo podemos
emplear para comérnoslo crudo y entonces será comida escasa para hoy,
pero hambre asegurada para mañana. La dinámica de la vida y su pedagogía
se basa en la elección constante entre posibilidades. Nada se nos da
hecho. Nada es eterno ni inamovible. Hasta el magma se mueve y produce
cambios en la durísima corteza terrestre que la rompen y la modifican,
lo mismo que hace la erosión. Lo mismo que el clima, las estaciones, el
curso y órbita de los astros que determinan la temporalidad y su medida,
lo mismo la vida de nuestras células. Absolutamente nada está
quieto. Marx lo vio muy claro al definir la materia y la energía, como
la fuerza dinámica que no se crea ni se destruye, pero se modifica
constantemente, en un panta rei (todo fluye) sin solución de
continuidad, como ya lo observó Heráclito de Éfeso seis siglos antes de
Cristo, viendo como el agua de un río, siendo la misma sustancia
siempre, nunca es la misma en el tiempo y espacio. Lo mismo es aplicable
a la evolución de la sociedad cívica y de su modo de relacionarse entre
sí que es la política.
Una de las cualidades de Podemos que más me atraen, es su capacidad para
la reflexión y su pedagogía social. Su serenidad. Esa falta de angustia
por atrapar "el poder" a toda costa que le diferencia de los demás
"rivales", que para Podemos no lo son, porque ve en ellos compañeros de
camino y no "enemigos". Ese comprender que lo más válido es descubrir la
ética aplicada y aplicable al cada día. El respeto absoluto por la
diferencia y el gusto porque la diversidad enriquezca la dialógica,
porque a la larga, lo que parece una "pérdida de tiempo" es un motor
imparable de justeza, de lucidez, de aciertos, mucho más que
estratégicos, existenciales y capaces de modificar el entorno tanto como
a uno mismo.
Creo que en la histeria generalizada que se ha apoderado de los partidos
políticos, y, sobre todo injustificada en el caso de IU, el fallo
garrafal es considerar a Podemos un rival en vez de un hermano gemelo,
que siente lo mismo que el otro, aunque estén en distintos continentes.
Se están perdiendo algo extraordinario como es poder cambiar antes de
que la misma vida los cambie por otra cosa más adecuada a la evolución, y
además, si siguen así, acabarán ellos mismos comiéndose su propio grano
de trigo verde o seco, y se privarán de la siembra y de la cosecha de
espigas que darán el pan y el alimento que hace crecer a millones de
conciencias de seres humanos con futuro para un mundo muy distinto de
éste.
El ego individual y/o colectivo es el arma más mortífera de que dispone
el ser humano para hacerse polvo a sí mismo y a los demás. La más fácil
de adquirir, ya que nacemos con ella y en los primeros años nos ayuda a
afirmarnos sobre el Planeta, pero, si acaba por poseernos en vez de ser
nuestra conciencia su poseedora, se convierte en el peligro más difícil
de detectar y de utilizar adecuadamente. El ego, por poner un símil
visible, es la cera que debe arder para que una vela pueda dar luz o el
tronco que se quema en la lumbre para dar calor, o la gasolina del coche
que alienta el motor. ¿Qué pasaría si la cera no se derritiese, si el
tronco no ardiese o si la gasolina llevase el volante, los pedales y la
caja de cambios? Así nos gobiernan. Así nos legislan. Con el ego
colectivo del partido que manda. Y su "organización" estupenda para
ganar, pero letal para ver lo que los ciudadanos necesitan y desean en
democracia. Podemos se ha dado cuenta. O sea, lo ciudadanos lo han
comprendido, y lo están comprendiendo. En mucho más que un partido,
porque no se ha partido, sino que está entero, es la colectividad de una
conciencia despierta. Se escapa como el aire y la luz por las rendijas,
aunque se quiera cerrar todo, entra por debajo de la puerta, como el
perfume, como el pensamiento.
Ya lo adelantó el 15M con un slogan hace casi tres años, cuando los pperos le obligaron a levantar sus acampadas: Nos echáis de la plaza pero nos hemos quedado a vivir en vuestras mentes y no conseguiréis echarnos de ellas. Ya lo veréis.
Es la diferencia entre "vencer" con mentiras oficiales, apaños de
"estrategia" o militancias por obediencia impuesta por una ideología y convencer
con hechos indiscutibles, simples y transparentes, nacidos de asumir
los riesgos de la libertad responsable y consciente. Del imperativo
categórico de la ética kantiana, que traducido a este momento podría
decir: Obra de tal modo que tu conducta pueda convertirse en ley
universal y que en ella se pueda reflejar la justicia y el bien común
para todos los seres humanos que aspiren a un mundo mejor. Sean de la
ideología, raza, género, cultura o religión que sean.
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