martes, 5 de agosto de 2014

El CIS y las nubes

                              


Cada vez tengo más claro lo poco que significan estas tracas periódicas, o castillos de artificio, que iluminan por un instante la noche real del panorama político y social de nuestro entorno patrio.

Me pregunto, lo primero, por la fiabilidad de una encuesta que coloca al pp como el to much del recolmo votador, estando el panorama de uñas absolutas con este desgobierno de la ONCE. Y como militante activa de Podemos, tampoco me arrebata la idea de ser la segunda opción en este corral de comedias, por delante el psoe y de iu, como tampoco me arrebataría que  Podemos ocupase el primer lugar de ese elenco. La ciudadanía no necesita caballos de carreras electorales que se distraigan de lo fundamental, que es crear y afianzar la democracia ciudadana justa, igualitaria y solidaria, al ritmo que haga falta, mucho más que ocupar el "poder" que es verdaderamente un obstáculo para que todo funcione, mucho más que una ayuda. El "poder" es una trampa saducea, una distracción, para que se desgaste nuestra energía en la competición y en la avidez, sin tener en cuenta que en esa carrera hacia la cima se van deshaciendo las bases y los porqués que motivaron la carrera en sí misma y degradándose los corredores hasta el punto de ser irreconocibles cuando llegan al podium del triunfo final. Ya nos amenaza el organizacionismo y el mismo cantar de siempre: "Aceptemos las reglas injustas y absurdas para poder cambiarlas cuando lleguemos a la meta". Qué falacia más infumable. Qué mentira más obscena. Eso lo lleva diciendo la iglesia católica desde siempre. Las mejores opciones políticas, las mejores intenciones de cualquier especie. Ganemos para poder hacer lo que queremos. Eso quiere decir que para ganar hay que derrotar y vencer sobre alguien. No convencer ni educar, ni conseguir una transformación real e irreversible de la sociedad, que sus mismos "libertadores" consideran poca cosa. Una masa a la que hay que modelar, orientar, dar forma según la receta de cada partido, como  hacer rosquillas o buñuelos de viento. "Rueda de masas" bautiza Podemos a los encuentros virtuales con los líderes. Organigramas en formación y documentos a tutiplén volando por redes y reuniones circulares. Buscando eficacia...¿en qué? en politburó tal vez? Pero ¿y los desahuciados? ¿Y los parados sin subsidio? ¿Y las escuelas públicas en cierre in crescendo? ¿y todos los pequeño negocios cerrando y cerrando cada día? No las veo en los documentos. ¿Queremos confluir con tales y cuales siglas, que persiguen el mismo podium? No. Cada vez más militantes y simpatizantes de Podemos están menos por la labor de confluir ni de presentarse a las municipales al precio del mogollón; nos acosan los perros de caza acostumbrados a ser concejales de cualquier cosa. Nos acosan los depredadores de ayuntamientos que se ven en la calle en la próxima ocasión y son capaces de jurar cualquier principio ético que les pongan por delante si eso va convertirse en el pasaporte a la gloria, a la fama y a la mordida ensobrada y al cargo vitalicio en el enjuague institucional del "partido". Nos acosan las viejas guardias rojas a la desesperada. Pero el alma ciudadana ya está harta de este bodevil pirañesco. Y tiene claro que lo que toca es ocupar la base que pone las condiciones a sus representantes y no hacer de felpudo votante una vez más. Gandhi no necesitó ningún partido para poner a la India en pie de conciencia. Y derrotaron sin guerra ni "revolución " sangrienta de por medio, nada menos que todo un imperio británico depredador por naturaleza.
Organización, claro que sí. Pero no para adaptarse al lumpen presente, sino para crear la alternativa en paralelo. Otro Estado. Con legisladores  servidores obedientes a la ciudadanía. Con un poder judicial, elegido por la ciudadanía y por un poder ejecutivo aprobado por el visto bueno directo de la ciudadanía. Si las demás fuerzas políticas que desean confluir aceptan ese reto compartido, genial. Confluiremos; pero si no, ni siquiera entraremos en la dinámica de las prisas y de los pactos con calzador, con fuerzas histéricas que en realidad no confluyen, puesto que sólo desean el poder, para reinstaurar el aparato de sus partidos y el menosprecio de los ciudadanos, con dictaduras tecnoideológicas, con juegos sucios y zancadillas, infiltrados, marrullerías, que eliminan la democracia interna y la sustituyen por la "eficacia" y el "programa" que sustituye el alma, la mente y el corazón de los individuos que des-componen los mismos partidos que representan y que al mismo tiempo los aprisionan en su ratonera oligócrata disfrazada de solidaria, revolucionaria o pseudo-libertario-flauta.

No quiero más de lo mismo. Y me temo que no soy yo sola quien lo piensa y lo dice. Somos millones de españoles que somos mucho más Podemos, Guanyem, Pah, Mareas, ILPs, Gamonales, nada que ver con el comercio electoral partidista, sino con la desobediencia pacífica, civil, legítima y eficaz sin prisas, sin trampas, sin juegos dobles . Transparente. Que cuenta con el débil porque ha descubierto la fortaleza del cariño solidario y se va educando en democracia y en diálogo para fraguar ideas y soluciones, contando con la Ley, claro que sí, siempre que la Ley está al servicio ético del Bien Común. Si los representantes de Podemos y los que se han colocado como servidores de grupo, no lo comprenden, Podemos tomará otra dirección. Y serán ellos los, conseguidores y enredadores profesionales, sabelotodo frikis de sus elucubraciones de espaldas a la realidad y de cara al móvil y al Ipad, quienes se quedarán al margen de algo que obviamente les supera con creces y les desborda,porque lo que de verdad potencia y organiza es el espíritu de grupo basado en la fraternidad y la empatía. Podemos no es un juego de rol. Es la conciencia ciudadana que ha despertado y no soporta ya otro engaño del mismo calibre pero disfrazado de confluencia para ganar algo que ya está ganado: el corazón y al alma de los españoles. La red de apaños no lo parará. Los ciudadanos tienen la sartén por el mango. Y esta vez, lo saben.

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